DEL ORO DE MOSCÚ A LA FIEBRE DEL ORO. NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE. (cuento corto o historias para no dormir).
Las
serpientes son para el verano, como las bicicletas, como antes lo era
el pobre Nessy, simpático saurio o similar del lago Loch Ness de
Escocia, que parece que ya no se busca porque ha pasado de moda muy a
nuestro pesar.
En nuestro caso a
orillas del Jalón, en la confluencia con el Ribota, por su izquierda
según se viene de Soria, se encuentra un señero y antiquísimo
emplazamiento de rudos celtíberos, luego acompañados por itálicos, que
vinieron en son de guerra y se quedaron, allá por el siglo I a.e.,
luchando en el partido de los populares de entonces, que eran lo mas
demócrata que se podía ser en la República Romana, máxime si hablamos de
tiempos turbulentos como los del dictador Lucio Cornelio Sila, el
amable Quinto Sertorio, oponente suyo en Hispania y luego de Metelo, de
los metelos de toda la vida, que vino a enfrentarse al pobre Sertorio y
le venció en los alrededores de Bilbilis, ciudad que había tomado
partido, no se sabe muy bien porqué por el partido del perdedor.
Bilbilis
luego progresó gracias a los itálicos que colonizaron y transformaron
aquel enclave indígena encaramado en el Cerro de Bámbola, con sus
apéndices de San Paterno y Santa Bárbara. A estas alturas los amables y
pacientes lectores ya habrán apreciado que son nombres posteriores, por
aquello de anteponerles el San o Santa, aunque lo del primero, pese a
que en Huérmeda se le siga teniendo gran devoción pese a que no está
bien documentado, pero tampoco lo está la venida de la Virgen del Pilar
en carne mortal a Zaragoza en tiempos de Santiago y sus prédicas por la
Península Ibérica y tampoco pasa nada. La fiesta en honor de San Paterno
se sigue celebrando en septiembre cada año. La ermita construida
aprovechando una cisterna romana sigue en pie, algunas mujeres de
Calatayud y venidas de otros lugares, suben en busca de que el santo les
propicie la fertilidad que necesitan. Al menos así reza la tradición,
de la que queda eso y la chocolatada que se monta cada año y luego cada
cual a lo suyo.
Como hablábamos de cerros, porque Bilbilis y
Bámbola es ante todo, "el Cerro por excelencia", no está mal que nos
hayamos ido por los de Úbeda como se decía antes, pero no se preocupen,
que volvemos enseguida y vamos a lo nuestro.
Bilbilis con la llegada
de los itálicos que se se reflejan en sus monedas, preciosas y sencillas
a la vez, con el jinete lancero en el reverso y la leyenda ITALICA en
latín fue progresando, tuvo un templo construido en época tardo
cesariana en el espigón de San Paterno según se sube a la derecha por el
"Barranco de los Sillares" desde la carretera de Embid. Además de ese
precioso templo, que sin duda lo fue por la espectacularidad de sus tres
capiteles conservados en el Museo de Calatayud, tuvo otras
construcciones en la zona del centro de la ciudad, que fueron
expropiadas mas tarde para construir el foro en época de Augusto, como
también las tuvo en la zona que mas tarde ocuparía el teatro, bajo cuyas
estructuras las encontramos.
Augusto convirtió a aquella ciudad
que debía disfrutar ya del derecho Latino seguramente, del estatuto de
Municipivm Civivm Romanorvm, que quiere decir que los elevó al rango de
municipio romano para que pudiera progresar, para que sirviera de centro
administrativo y para que corriendo el tiempo, mucho tiempo hasta ahora
y dado que gozaba de la ventaja de unas buenas comunicaciones, tuviera
una Estación del AVE que no se la salta un gitano como se decía antaño.
Eso si lo de pagar impuestos viene de entonces también.
Los
bilbilitanos, celtíberos recios, mezclados con los itálicos, como
siempre se ha hecho con todos, pero guardando las formas, fueron gente
desenfadada y divertida, aunque con su pelín de mala leche, pero eso lo
da el agua de La Tranquera como todos sabemos. Los bilbilitanos tuvieron
su momento de gloria en aquella época y su hijo mas preclaro, Marco
Valerio Marcial se ocupa de recordarlo varias veces en sus epigramas que
no tienen desperdicio. Los bilbilitanos fueron muy aparentes,
presumieron mucho y se gastaron en aquella nueva ciudad que les había
promocionado Avgvsto, que no tenía ni un pelo de tonto, los dineretes
que tenían y los que no tenían, así es que se hipotecaron hasta las
cejas después de construir un foro de no te menees, un teatro en el que
cabía toda la comarca y que seguramente no se llenó nunca y una red de
abastecimiento de aguas por medio de cisternas que podían absorber el
Diluvio Universal si venía de nuevo, que no vino; tan sólo alguna que
otra pedregada para amolar los melocotones de Campiel (Boterdo Nemus),
las cerezas y poco mas, porque entonces llovía, muchas veces jarreaba,
pero otras tenían una sequía en condiciones como es frecuente.
Los
bilbilitanos eran gente industriosa, ya había unos cuantos caciques
terratenientes, que disponían de abundantes propiedades y las
explotaban, que tenían intereses en la agricultura en el comercio y en
la industria del hierro del Moncayo que compartían con sus vecinos los
de Turiaso (Tarazona) y Bursao (Borja), además de compartir caldos de
garnacha que ya existían también y tal vez borrajas, por aquello de
darles cuartelillo a los vecinos de Segeda. Los bilbilitanos eran buenos
bebedores y hemos encontrado algunas bodegas con evidencias de haber
producido vino y tal vez de haberlo vendido fuera, lo mismo que ellos
mismos importaban vino de la costa mediterránea que les llegaba con
otros productos, porque los bilbilitanos del siglo I a.e. y del siglo I
d.e. eran gente de morrico fino y gustaban de estar a la moda e importar
productos caros, incluso de Roma y de la Galia (Francia), de Grecia
incluso, pero no eran ricos, ni mucho menos, aparentes si, ricos ni por
casualidad, no se crean.
Todo esto viene a cuento porque en estos
días pasados un periodista bienintencionado y amigo, en un diario
nacional, el ABC, en una doble página a todo color y con todo lujo de
fotografías procedentes de nuestro Diario de Excavaciones, que
pacientemente redacta el equipo de dirección de las excavaciones de
Bilbilis y Valdeherrera, se apresuró a leer entusiásticamente lo que
colgamos y la vista, las prisas, la antesala de las vacaciones o las
tres cosas a la vez, le jugaron una mala pasada. De haber sido un
becario veraniego de los que pululan por las redacciones en verano, ya
estaría colgado de los pulgares y azotado con el látigo de siete colas,
en la tradición mas genuina de la Inquisición, o también conocida como
Tribunal del Santo Oficio, se lo aseguro.
Nuestro reportero de
ABC, leyó lingotes de hierro (FE), dos rectangulares y uno circular (es
al revés y tampoco son lingotes), como lingotes de ORO y como pueden
imaginar se ha armado la marimorena. Por Calatayud corrió como la
pólvora, bueno no tanto porque, que me perdonen los editores del ABC, el
diario conservador no se lee mucho en Calatayud, aunque haya una
población aparentemente muy consolidada conservadora. Lo que digo, mas
apariencia que otra cosa.
Lo de que "en Bilbilis ha aparecido
ORO" fue espectacular, hubo que controlar el yacimiento por si aparecían
los entusiastas "piteros", los de los detectores de metales y otros tan
poco civilizados como para, armados de picoletas u otros objetos
dañinos para el patrimonio, dedicarse a perforar como un queso de
Gruyere nuestra zona de excavaciones recién terminada.
Entre
bromas y en serio, la noticia equivocada, sin contrastar, apresurada,
etc., nos ha causado un verdadero daño a la imagen que de seriedad tiene
en si el trabajo arqueológico o cualquier otra actuación sobre el
patrimonio, por lo que espero, dicho sea con toda la ROTUNDIDAD de que
soy capaz, que el redactor de ABC PROCEDA A RECTIFICAR en la forma
prevista por la Ley de Prensa vigente, que no se si todavía es la
vetusta de D. Manuel Fraga Iribarne, pero que me importa un ardite, para
que se deshaga el entuerto en lo posible, porque el daño ya está hecho,
pero la reparación al mismo no.
Las piezas que se aluden son dos
piezas redondas de hierro, no dos lingotes como se va viendo en el
trabajo de limpieza que hemos tenido que acometer apresuradamente.
Seguramente dos poleas de una instalación agrícola. El denominado
lingote rectangular es la hoja de hierro también de una pieza que puede
ser un refuerzo de una puerta o incluso la hoja partida de un cuchillo o
arma, muy concrecionada. Las tres piezas, de las que en los días
próximos, una vez limpias en lo posible, pondremos fotografías, se están
tratando ahora y cuando se regresa a la Universidad de Zaragoza se
someterán a examen radiográfico para comprobar su forma exacta, porque
el material, el "puñetero hierro" de que están hechas está tan claro
como el agua mas cristalina de la fuente de Huérmeda.
Por lo
tanto, ni Oro de Moscú, ni Oro de Bilbilis, ni Fiebre del oro, ni nada
de nada. Por favor seamos prudentes que estas cosas hacen mucho daño al
trabajo de los arqueólogos y al patrimonio que es de todos y por todos
debe respetarse, porque en caso contrario vamos aviados.
Lamento este largo exordio obligado por las circunstancias, pero supongo que nos comprenden.
Prof. Manuel Martín-Bueno, Codirector de las Excavaciones de Bilbilis y Valdeherrera, Calatayud a 5 de Agosto de 2015.
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